Ampliamente utilizado en el mercado financiero en transacciones que negocian acciones, opciones y futuros a corto, medio y largo plazo, el análisis gráfico es una metodología que ayuda a seguir las tendencias ascendentes o descendentes del precio de un determinado activo y, al dominar la técnica, es posible gestionar riesgos y tomar decisiones cada vez más asertivas en bolsa.
Básicamente, el inversor que se basa en el análisis gráfico busca encontrar en los gráficos patrones en sus movimientos que permitan una mayor previsibilidad en las variaciones de precios. De esta forma, es posible identificar mejores oportunidades de inversión.
En este artículo, además de comprender los principales fundamentos del análisis gráfico, aprenderá a dar los primeros pasos para utilizar gráficos y tener éxito en sus operaciones.
Antes de adentrarnos en el universo de la metodología, primero entendamos su origen, características principales y algunos conceptos. ¡Echa un vistazo!
También conocido como análisis técnico o carisma, el análisis gráfico surgió hace más de 100 años a partir de los estudios de Charles Dow, un periodista estadounidense que ayudó a fundar Dow Jones & Company, el editor financiero responsable de publicar The Wall Street Journal y creador de la teoría de tendencias. Dichos estudios recibieron el nombre de Teoría de Dow, que aporta principios efectivos para inversiones mediante gráficos.
En su teoría, Dow determinó que el comportamiento del mercado está totalmente ligado a la historia de los precios de los activos y, con base en está información, es posible verificar tendencias al alza o a la baja, sin estar influenciado por factores externos.
Tanto es así que algunos profesionales del mercado financiero que utilizan el análisis gráfico en sus estrategias evitan en la medida de lo posible el acceso a noticias y otros datos que puedan hacerles dar mayor peso a la información ya reflejada en los gráficos.
Esto significa que todo lo que puede influir en los precios de los activos (acciones) en Bolsa ya está descontado en índices como Ibovespa y Dow Jones, por ejemplo, que consideran factores externos como balances de resultados y hechos relevantes.
Según Charles Dow, en el análisis gráfico, los únicos eventos que no tienen precio en las acciones son aquellos que son imposibles de predecir de antemano, como los desastres naturales. Sin embargo, el propio mercado se adapta al escenario en cuestión.
Las tendencias del mercado pueden ser alcistas o bajistas, desplegarse en primarias (a largo plazo), secundarias (a medio plazo) o terciarias (a corto plazo) y pueden ser alcistas o bajistas.
Por tanto, el precio está formado por las transacciones de compra y venta, que se registran en el gráfico. Como resultado, un mercado alcista indica que los inversores compran más y venden menos. En la tendencia a la baja, los comportamientos de los precios apuntan en la dirección opuesta, que hay más ventas que compras.
Así, en el análisis gráfico, la formación de la tendencia se determina a través de los movimientos alcistas que son mayores que los movimientos a la baja y viceversa.
Dentro del concepto de tendencia, lo que sucedió en el pasado puede volver a ocurrir en el presente o en el futuro. Un buen ejemplo para este punto es el caso de la pandemia Covid-19, que obviamente no se esperaba en el mercado, así como la burbuja del mercado inmobiliario estadounidense (Subprime) en 2008. En ambas situaciones, la bolsa cayó bruscamente.
En este principio, para que haya confirmación de un movimiento efectivo de cambio de tendencia, debe ocurrir un aumento significativo en el volumen con un gran número de inversores.
Según la lógica de Dow, los índices de mercado son complementarios y deben ir juntos, sin diferencias discrepantes. Si los precios de un conjunto de acciones indican una reversión, los índices que forman parte del mercado en el que participa esa acción también deben seguir la misma dirección.
Cada tendencia termina. En esta base de la Teoría de Dow, que es la base del análisis gráfico, para confirmar una reversión definitiva de la tendencia (al alza o a la baja), debe haber fluctuaciones de precios que vayan en contra de la tendencia actual.
Sin duda, ha notado que el mercado de valores no es lineal y tiene muchas variaciones, que pueden ser tendencias al alza o a la baja. En el análisis gráfico, estas fluctuaciones de precios se observan mediante máximos y mínimos consecutivos.
En una tendencia alcista, es posible identificar movimientos cuando los fondos están al alza. A su vez, la tendencia a la baja se caracteriza por topes descendentes.
Varios máximos forman una resistencia y varias partes inferiores forman un soporte, que verá a continuación. Dentro de una estrategia de inversión, saber identificar topes y fondos es de suma importancia para que puedas ver posibilidades de compra o venta conociendo el precio máximo y mínimo que el mercado está dispuesto a pagar.
El soporte representa el nivel en el que muchos inversores quieren comprar un activo en particular. Este movimiento masivo hace que la tendencia descendente anterior se detenga o se invierta en una nueva tendencia ascendente. Recordando que el mercado funciona básicamente siguiendo la ley de oferta y demanda.
Al identificar que un precio ha alcanzado el soporte, es decir, que ha dejado de caer, esta puede ser una gran oportunidad para comprar el activo.
La resistencia sigue el camino inverso del soporte. El precio histórico de la acción deja de subir, lo que indica que los vendedores superan en número a los compradores y el movimiento alcista se detiene. En este momento, puede haber una reversión a una nueva tendencia a la baja.
Importante: un punto de soporte o resistencia no significa necesariamente que las cotizaciones, a partir de ese momento, revertirán la tendencia actual en una nueva tendencia opuesta.
Inicialmente, el soporte o la resistencia indican una pausa que puede o no moverse hacia una nueva tendencia. Toda esta información y las percepciones de apoyo y resistencia se identifican a través de gráficos, de los que aprenderá en el siguiente tema.
Actualmente, la vela es la más utilizada en el análisis gráfico. Muestra los cuatro precios de un activo (cierre, apertura, mínimo y máximo) en un período determinado y su forma rectangular se asemeja a una vela con su mecha.
Con cifras muy características que representan los movimientos del mercado de una manera muy visual, el gráfico tipo vela es muy efectivo para predecir cambios en tendencias y reversiones de precios.
Además del formato, otra característica importante en el uso de este tipo de figura en el análisis gráfico es el color. Si el precio de cierre estuvo por debajo del precio de apertura, la vela será roja (o negra), lo que indica que el valor del activo ha caído en ese período.
Sin embargo, si el activo cerró más alto, con un precio más alto que en la apertura, la figura en el gráfico será verde (o blanca) para representar el aumento.
Ahora que conoces un poco más sobre análisis gráfico, puedes comenzar a dar los primeros pasos para utilizar la metodología y maximizar las ganancias de tus inversiones, además de gestionar los riesgos.
Recordando siempre que el gran objetivo es que usted identifique las tendencias en las fluctuaciones de los precios de los activos, que pueden ser al alza, a la baja o a los lados, donde no hay ninguna tendencia. Y a partir de ahí, puede tomar las mejores decisiones de compra o venta.
Sin embargo, es importante destacar que el análisis gráfico requiere esfuerzo para que seas capaz de dominar la técnica y utilizarla a tu favor de una forma cada vez más eficaz. Recuerde: la experiencia genera consistencia.
A medida que profundice en el estudio del análisis gráfico, aprenderá acerca de cifras de continuidad y reversión, brechas, medias móviles, paradas y otros conceptos más avanzados que contribuirán al éxito de sus inversiones.
¡Sigue aprendiendo y aumenta tu potencial en el mercado financiero!
Copyright 2020 © CMA.